Mostrando entradas con la etiqueta trastornos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta trastornos. Mostrar todas las entradas

sábado, 3 de diciembre de 2016

El abismo.



¿Sabes lo que es amanecer con la oscura sensación de no saber si estás vivo?
¿Sabes lo que es que los latidos de tu propio corazón no te dejen dormir?
¿Sabes lo que es despertarte en medio de la noche entre chillidos afónicos?
¿Sabes lo que es tener un monstruo carcomiéndote por dentro? Notar como se abre paso a través de tu pecho, desgarrándote y engulléndote lentamente?


¿Sabes lo que es sentir que tu cuerpo no te pertence? Sentir que no estás dentro de él, sentir que estás lejos, pero verte encadenado eternamente  a su lado?
¿Sabes lo que es sentir que estás dividido sin conocer qué es lo que te divide ni en qué?
¿Sabes lo que es luchar día a día contra tu propio "yo"?
¿Sabes lo que es no recordar quién eres, o quién has sido?



"Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en un monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti."

Hay gente que nace con un abismo en su interior. Al principio es pequeñito, como la personita. Nadie se da cuenta de que está ahí, como una mota de polvo, pero con el tiempo ese oscuro agujero se va haciendo más y más grande y la personita empieza a notar que hay algo que no funciona bien dentro de su interior. Tiene miedo del agujero, así que lo esconde bajo una sábana de colores y hace como si no existiera. Pero ella sabe que siempre está ahí y jamás la abandona. La observa de cerca, la vigila y la controla cuando nadie mira.


La gente de su alrededor también empieza a sospechar, piensan que está estropeada y que se podrá arreglar, así que la llevan al doctor de mentes. Pero el doctor de mentes no puede hacer nada, el agujero es demasiado profundo y ha llegado a su alma.
Ya no hay personita. Sólo hay dos ojos vacíos mirando a la nada, un cuerpo frío y una sábana de colores.



viernes, 28 de octubre de 2016

Hoy has vuelto. Carta a un antiguo amor.


Hoy has vuelto. Hoy has venido a verme. Te has presentado sin avisar, has entrado en mi vida arrasando con todo, tomándote libertades que ya no te pertenecen.
En otro momento te hubiera acogido con los brazos abiertos, a ti, a tu dolor y a tu desesperación. Pero sabes qué? No te he echado de menos. 

En cierto modo siempre has estado conmigo, por muy lejos que intentara huir, por muy fuerte que intentara ser. Siempre he sabido que te escondías al otro lado del espejo, observándome en silencio, esperando el momento perfecto para salir. Hoy lo has conseguido. Hoy has vuelto. Hoy me has encontrado.


Hoy has vuelto a clavar tus oscuros y vacíos ojos en mí. Hoy me has abrazado con tu halo de agonía otra vez. Hoy me has acariciado con tus cuchillas la piel, como hacías antaño. "Para que me recuerdes"-decías. Y luego me lavabas las heridas con tus lágrimas, aunque ya era demasiado tarde para curarlas.
Hoy me has asfixiado de nuevo. "Te quito la vida, pero te regalo mi amor"-decías. Y luego besabas las marcas que habían dejado tus manos sobre mi cuello, aunque ya era demasiado tarde para devolverme el aliento.
Hoy has vuelto a arrastrarme a tu sucio y profundo agujero, donde pasábamos las noches emborrachándonos en dolor, fumándonos la vida, atormentándonos y maltratándonos. 
Hoy has vuelto  a amordazarme para que no pudiera chillar. Hoy has vuelto a encadenarme para que no pudiera huir. Hoy has vuelto a colgar la soga de la lámpara. Hoy has vuelto. Hoy has venido a verme.


















Mire Taurendilmë